martes, 25 de noviembre de 2014

EL COMPORTAMIENTO Y DESARROLLO ORGANIZACIONAL DENTRO DEL UNIVERSO EDUCATIVO




EL COMPORTAMIENTO Y DESARROLLO ORGANIZACIONAL DENTRO DEL UNIVERSO EDUCATIVO


Por Yohelis Berrios Z.


Supóngase que un plantel educativo es una galaxia, donde las aulas interpretan el papel de los planetas, los jóvenes son las estrellas – amén de meteoritos- los docentes los cometas, quedando el personal administrativo y obrero como satélites y como astro rey la dirección de la institución. En esta realidad galáctico – educativa, se confrontan una serie de comportamientos, situaciones, conflictos, obligaciones, actividades, responsabilidades, sueños, y desengaños en la cual el profesor – cometa novato - debe bandearse. Cada aspecto tiene la complejidad dada  por las relaciones humanas, harto complicadas dicho sea de paso. En este escenario, el cometa novato se encuentra de sopetón con una realidad no descrita, ni siquiera imaginada en el salón de clases de la universidad, donde hubo mucha formación teórica, mucha interpretación, y salpiques de quimeras, es decir, que el cometa novato no sabe o medio sabe lidiar con esta situación donde, para sobrevivir, debe valerse de su intuición y experiencia personal. Sin embargo en este campo moverse con pura perspicacia no siempre funciona. 


Por ello, es de urgencia que la universidad forme a sus estudiantes en todos los aspectos que tienen que ver con el desenvolvimiento del ser humano, con sus semejantes y con su entorno. En este sentido la Psicología y Sociología, ofrecen un valioso aporte – del cual se hablará más adelante- sin embargo existen dos disciplinas, el comportamiento y desarrollo organizacional que vienen a arrojar luz sobre una problemática que puede oscurecerse hasta límites insoportables. El CO puede definirse según Mejías (2012): como “un campo interdisciplinar dedicado a mejorar el entendimiento y la dirección de las personas en el ámbito laboral”, proporcionándoles los conocimientos necesarios para manejar cualquier situación, para ubicarse de forma estratégica y salir indemne. 


El cometa novato, se enfrenta a una serie de estrellas problemáticas, que tienen tras ellas padres más problemáticos todavía, de modo que debe organizarse dentro del aula de forma eficiente y debe hacerlo lo más pronto posible. De allí que manejar los objetivos del CO supondría crear una estructura solida en el salón de clases. Dentro de los objetivos más importantes del CO destacan: describir el comportamiento de las personas en diferentes condiciones; a partir de allí entender por qué las personas se comportan como lo hacen, de lo cual pueden predecirse las reacciones, las interpretaciones que las personas harán respecto a un planteamiento y por último controlar, al menos en parte las actividades, para mejorar las acciones diseñadas mediante las tres anteriores y realizar una evaluación del abordaje efectuado a la organización, es decir, la convivencia del grupo de estrellas en el planeta que les ha tocado. 


A titulo ilustrativo, es inevitable observar como un porcentaje de esos profesores – novatos y con años de servicio – pasan por la vida de muchas estrellas dejando tras de sí una estela de edificantes ideas, de útiles conocimientos, de amistad sincera, otro, una cantidad ingente de barrabasadas y el resto ni eso. Si, lamentablemente algunos profesores se presentan en la vida de las estrellas con una naturaleza cometoide negativa muy afincada, he allí el sentido de emplear esta analogía. 


En efecto el cometa novato en su vida escolar debe aprender a esquivar y a escalar posiciones dentro de la estructura organizacional de su plantel- galaxia, pues en muchas de estas galaxias se puede topar con generales hitlerianos o pazguatos vagando errantes dentro de ésta vorágine cósmica – sorprende cuando la dirección está ocupada por un astro-gerente en toda regla – que solo estorban en el desarrollo de las actividades  del plantel ya sea por sus intransigencias o poca sesera, es de rigor entonces apelar a una estructuración por niveles, es decir, organizar individuos y recursos desde lo micro a lo macro como lo expone Mejías (2012):

  •  “Nivel individual (nivel micro): consiste en la comprensión y dirección del comportamiento individual.
  •   Nivel grupal: comprensión y dirección de grupos y procesos sociales.
  •  Nivel organizacional (nivel macro): comprensión y dirección de procesos y problemas organizativos.”



De manera que, el reordenamiento de la galaxia siga una lógica que llevará al éxito de la gestión y favorecerá a todo el conjunto estelar que la conforma.


Por su parte, Garzón (2005) refiere que el desarrollo organizacional  “es una estrategia educativa, adoptada para lograr un cambio planeado de la organización…”, se presenta esta disciplina como complemento en el ordenamiento escolar mediante el empleo del CO. Dicha sistematización según el DO debe realizarse atendiendo las siguientes etapas: diagnóstico, donde se observan las necesidades, problemas y debilidades, también se reconocen los recursos con que se cuenta y las fortalezas y oportunidades del grupo; este análisis se  recoge en una serie de instrumentos que permitirán una manipulación objetiva de la información que llevará a la tercera etapa, la intervención, en la cual se diseñan las estrategias y actividades para corregir la situaciones y para aprovechar las fortalezas halladas al principio que se integrarán en la solución de los problemas. 


En este orden de ideas, es preciso que el  cometa novato indague en las ciencias que apoyan estas disciplinas para diseñar una estructura organizacional con todos sus elementos en orden. Por ello debe recurrir en primer lugar a la Administración que le permitirá fijar metas claras, asignar y coordinar responsabilidades y recursos; las ciencias de la comunicación pues necesitará medios para hacerse escuchar, para informar; de la Psicología como medir, explicar y tratar de cambiar el comportamiento de las personas que le rodean atendiendo los intereses que a cada una le mueven; de la Sociología entender cómo se manejan los grupos en el contexto donde deben convivir; de la Antropología como usar para beneficio de la organización la cultura y costumbres de cada quien; y las ciencias políticas para manipular aquella masa sideral mediante la distribución del poder o de la concentración del mismo en un solo individuo, él, eso sí orientado a la resolución de conflictos. 


Para culminar este paseo por los recovecos del universo educativo, cuando el cometa novato traspasa el umbral de aquella idealizada galaxia, no sabe la cantidad de experiencias con las que se va a conseguir, buenas o regulares. Esa es la verdad. Desconoce que se va a ir de bruces y a ciegas contra una estructura muchas veces desequilibrada a falta de voluntad y de vocación de servicio. Sin embargo, no está solo, no es un trozo celeste e irregular  que va a enfrentarse a ese oscuro espacio sin herramientas para cambiar de curso en su trayectoria dentro del plantel, cuenta con la ayuda de las ciencias y de su intuición para investigar, apropiarse y aplicar conocimientos en el área de la organización de grupos de manera que cuente con las capacidades necesarias para ser absorbido por el astro rey y pase a ser parte de aquella dinámica de elementos que ocurre en el interior de la dirección de una institución educativa.













Referencias

Garzón C, Manuel A. El desarrollo organizacional y el cambio planeado. Edición Universidad del Rosario. 2005.

Mejías, Julio. Comportamiento organizacional. En http://gerenciasignificativa.blogia.com/2012/011505-comportamiento-organizacional.php. 15 de enero de 2012.


Robbins, Stephen P. Comportamiento Organizacional. (10 ed.). México: Pearson Educación. (2004)

Zambrano Douglas. Contenido de la Cátedra Desarrollo Organizacional (D.O.) en http://grupo4do.blogspot.com/. Junio de 2008.










sábado, 1 de noviembre de 2014

Apuntes sobre Evaluación Institucional



APUNTES SOBRE EVALUACION INSTITUCIONAL


En las últimas décadas la evaluación ha adquirido un gran protagonismo como medida de rendición de cuentas de los recursos que la sociedad destina para el mejoramiento del sistema escolar con relación a los resultados obtenidos de acuerdo a los objetivos propuestos. La globalización así como las crisis económicas han creado la necesidad de observar, vigilar y controlar las actividades que se desarrollan en los planteles educativos. 

En este sentido, la evaluación como acción para estimar o calcular el valor de algo ha sido empleado como un mecanismo para ejercer el poder mediante la clasificación, la selección y la certificación de los individuos según su mérito. Este hecho aunque difuso ha moldeado la sociedad como la conocemos hoy. Desde los debates públicos de los eruditos en las universidades medievales que denominaban disputas -forma de defender sus tesis apelando a la deducción para establecer la validez de las mismas – hasta que ésta práctica cayó en desuso, hasta el siglo XVIII donde se dio paso a la formalización de la evaluación, que para finales del siglo XIX comenzó a sistematizarse a través de las pruebas masivas – ejemplo las de admisión- que al principio motivaron a los estudiantes fomentando un espíritu de competencia entre ellos, pero que luego derivaron en una clasificación que con el surgimiento de la burguesía y el capitalismo convirtió a la evaluación en un factor determinante en la carrera y el futuro de los individuos debido a que este proceso condicionó su estatus no solo familiar sino su lugar dentro de la sociedad. 

En este orden de ideas, la evaluación comenzó a ser utilizada como un mecanismo mediante el cual la estructura social podía ser reorganizada alejándola de su función didáctica o educativa convirtiéndola en una tecnología usada para fines sociales de selección. Es por ello, que en la última década la evaluación a nivel institucional ha sido orientada para controlar la realidad social, creando una necesidad “urgente” de cambios a través de las políticas educativas que el Estado ha creído convenientes para la nación, estas últimas basadas en la observación del sistema educativo anterior el cual “buscaba excluir a las personas no solo a través de la privatización sino del reemplazo de nuestras tradiciones por valores extranjeros y la división de clases donde los blancos son superiores, los negros inferiores y los indios nada”. 

Bajo esta premisa, el Estado propuso un currículo nuevo, basado en las teorías de autores como Jean Piaget, Paulo Freire, Lev Vygostky, y educadores criollos como Luis Beltrán Pietro Figueroa, Andrés Bello,  entre otros, y las ideologías educativas de próceres de la independencia que dejaron plasmadas en cartas, pasquines y escritos personales, siendo máximes exponentes; Simón Rodríguez, cuya idea de preparar al niño para la vida pero no meramente intelectual sino integral con el conocimiento de algo práctico, siendo ésta idea la génesis de la Escuelas Técnicas, pues el catedrático opinaba que acumular conocimientos extraños a la vida cotidiana no contribuía en nada a formar la conducta social; y Simón Bolívar que  planteó desde el principio de la gesta independentista la necesidad de fomentar la educación para el progreso de la República, exponiendo su famosa frase respecto a la educación: “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”; oración cargada de lógica y razón, que ha sido repetida hasta la saciedad, y que a su vez está siendo desdibujada notoriamente por la realidad dentro de los planteles. 

De lo anterior, es menester prestar atención a la situación de la evaluación en los planteles educativos,  porque estamos frente a un fenómeno que puede denominarse como burocracia evaluadora, donde el Estado - haciendo un análisis piramidal- diseña, controla, regular y valora las medidas y herramientas para apreciar la estructura del sistema educativo valiéndose del Ministerio del Poder Popular para la Educación,  zonas educativas, y municipios escolares para bajar y aplicar los lineamientos que permitirán la correcta atención de las políticas estatales en la materia educativa. Sin embargo, a pesar de esta organización las instituciones presentan, paradójicamente, un grave déficit de supervisión efectiva, pues las disposiciones que emana el Estado para la regulación de los procesos de control y vigilancia en la consecución de los objetivos previstos en el currículo, quedan en mero llenado de formas, que luego de apilarse en las oficinas destinadas para su recaudación, dejan de tener validez ya sea por falta de voluntad para la ejecución de los correctivos, por expirar dentro de un archivo, o por el mismo hecho de que permanecen por tiempo indefinido engavetadas se ven desplazadas por nuevas disposiciones legales, circulares, memorándums y oficios que muchas veces lejos de solucionar la problemática la agudizan. 

Esta realidad es denunciada constantemente por los supervisores, directivos y docentes de las instituciones quienes viven a diario el asedio  por la falta de celeridad de los procesos administrativos, que a pesar de estar basados en leyes  que han sido escritas con un apego sorprendente a las necesidades del sector educativo pareciera que carecen de valor alguno. 

Con referencia a lo descrito al principio de este ensayo de que la evaluación comenzó a emplearse como tecnología para seleccionar a los individuos más capaces, podría decirse que, aunque muchos objeten diciendo que ha servido como método de exclusión, la orientación clasificadora que se le ha dado a la evaluación permite una organización exitosa de la sociedad, siendo manejada con cautela y caridad. No obstante esta propuesta no se puede apreciar en la realidad educativa del país. Pareciera, lamentablemente, que la selección ha sido reemplazada por la acumulación, la calidad desplazada por la cantidad. Ha sido la inclusión de una masa que antes había estado “excluida” del sistema, pero que sigue siéndolo porque se les niega una educación de excelencia, por una certificación en serie que deprime al mismo sistema. 

Considerando lo anterior, abordar la problemática evaluativa, que está ahogando a las instituciones, y decepcionando a muchos, viene a ser una tarea no solo ardua sino que tomará tiempo, paciencia y perseverancia siendo el factor moral junto con la ética profesional las herramientas idóneas para manejar la situación. Por su parte la concientización de docentes, personal administrativo, obrero, estudiantes, padres o representantes y la comunidad que rodea al plantel,  en la búsqueda de soluciones y de un trabajo armonioso contribuiría enormemente a mejorar los puntos débiles del sistema. Que estos sectores alcen la voz y eleven su descontento, con respeto y objetividad, aceleraría la toma de decisiones de los entes encargados de la supervisión y control de la evaluación en las instituciones. Eso por una parte, por otra, que se dejara de lado ese afán por hacer en una década una labor que por su naturaleza toma muchos años en madurar, que es cambiante y por lo mismo depende de la evolución de la sociedad en cuanto a la adaptación a la tecnología, a la nuevos descubrimientos científicos a las necesidades que surgen de súbito, de situaciones que se van dando con el pasar de los días y años a nivel mundial, allanaríamos el camino para diseñar, moldear, controlar y valorar un sistema educativo exitoso, ajustado a la realidad de la juventud venezolana, a las necesidades del país,  que pudiera adaptarse a los demás sistemas educativos en el mundo, permitiendo de esta forma la integración de los países de la región como lo ha planteado el Estado venezolano, afianzando de esta forma los lazos de hermandad que nos unen, abriendo las puertas al progreso, mediante el intercambio cultural, educativo, tecnológico y científico con el resto del mundo.